sábado, 18 de junio de 2016

VICTOR HUGO LE ESCRIBE A EDUARDA MANSILLA DE GARCÍA


Eduarda Mansilla de García, envía desde Washington el 14 noviembre 1869, una carta al genial escritor francés, juntamente con un ejemplar de su novela "Pablo ou la vie dans les pampas", escrita originalmente en francés y publicada primero como folletín en la revista L'Artiste de París (1868) y poco después en formato libro, editado por la casa E. Lachaud. (1869). En respuesta a dicha carta Victor Hugo le contesta:

Hauteville House, 14 janvier 1870. 
"Madame: votre livre m' a captivé. Je luis dois des heures charmantes et bonnes. Vous m'avez montré un monde inconuu. Vous écrivez une excellente langue francaise, et c'est un intéret profond de voir votre pensée américaine se traduire en notre langage européen. Il y a dans votre roman un drame et un paysage: le paysage est grandiose, le drame est émouvant. Je vous remercie, madame, et je mets a vos pieds mes hommages" Victor Hugo.

Hauteville House, 14 janvier 1870. 
"Su libro me ha cautivado. Yo le debo horas cautivantes y buenas. Usted me ha mostrado un mundo desconocido.Usted escribe una excelente lengua francesa, y resulta de profundo interés ver su pensamiento americano traducirse en nuestro lenguaje europeo. Hay en su novela un drama y un paisaje: el paisaje es grandioso, el drama es conmovedor, Se lo agradezco señora, y rindo a sus pies mis homenajes" Victor Hugo


Eduarda Mansilla fue sin lugar a dudas la primera escritora argentina francófona publicada, luego vinieron los sucesores, entre ellos sus hijos: Daniel y EduardoGarcía-Mansilla

Por ello se puede afirmar que, con la publicación de la primera novela francófona argentina, esta carta marcaría un hito en la historia literaria de la corriente francófona argentina, de allí su importancia. 

Toda esta corriente literaria francófona otorga relevancia a la breve correspondencia que existió entre Victor Hugo y Eduarda Mansilla. Por otro lado, la novela Pablo o la vida en las Pampas, al ser la piedra fundamental de la francofonía argentina, brinda un respaldo histórico literario contextualizador al trabajo de todos aquellos autores que siguieron la ruta francófona señalada por la autora.



Fuentes:
Eduarda Mansilla y Victor Hugo: un breve intercambio epistolar* marcando los inicios de la literatura francófona de Argentina Carlos Alvarado-Larroucau
https://cedille.webs.ull.es/10/02alvarado.pdf
Daniel García-Mansilla. Visto,oído y recordado. Apuntes de un diplomático argentino. Editorial Kraft.
Buenos Aires, Argentina. Año 1950,


lunes, 16 de mayo de 2016

VENTURA DE LA VEGA, DEFINE A EDUARDA MANSILLA

          

          Que la naturaleza es la madre artista y el modelo de los artistas, es antigua trivialidad, y parece confirmarse por la observación de que ella a semejanza de éstos, o más bien éstos a semejanza de ella, tienen su trabajo de abasto, -ordinario, imperfecto y como farfullado por mano de los oficiales y no del amo-; y su trabajo de amor y de esmero, en el cual se proponen hacer por el honor del su firma. La naturaleza vuelve entonces, como ellos, a los mejores modelos, escoge los más exquisitos materiales, combina las excelencias de gusto y de servicio, de vista y de uso: trabaja ella misma, sin consentir otra colaboración que la de Dios; y el resultado es desde luego una prenda sobresaliente, una joya de Exposición. 

          A esta línea pertenece la señora doña Eduarda Mansilla de García, esposa del actual Ministro Argentino en Washington don Manuel Rafael García, ya conocido de nuestros lectores por su ilustradora pluma. 

             El cielo y la naturaleza han reunido efectivamente en la brillante personalidad de la señora García las gracias y los dones que soliendo andar distribuidos de uno en uno, bastan a menudo para hacer la fortuna de quienes los poseen. Hay en ella un monopolio, que desmiente aquella consoladora teoría propalada por los necesitados y los feos, de que, según la constitución divina, dichos dones a semejanza de los cargos públicos y sus emolumentos, no son acumulables. Ella contradice igualmente la aserción de los naturalistas, de que las aves que mejor cantan son las de menos vistosa apariencia.

             En una carta particular de Ventura de la Vega a Lucio Victorio Mansilla, hermando de Eduarda, le dice:  "[...] He leído 'Atar-Gull' ¿qué quiere Ud. que le diga? Mi juicio no puede ser imparcial; el nombre de Mansilla que viene al frente se lleva todas mis simpatías y me predispone a sólo admirar. ¿Y sabe Ud. por qué es eso? porque estoy encantado con el talento y los escritos de otra persona que lleva el mismo nombre: su hermana Eduarda. Sólo por cartas la conozco pues ella habita en París, pero estamos en correspondencia literaria y he leído una novela suya titulada 'El médico de San Luis' que le confieso a Ud. amigo, que es una verdadera joya. 

            Atar-Gull me hace ver que son dignos hermanos uno de otro. Lo único que se puede criticar al drama es la elección del asunto. Eugenio Sué es un autor de brocha gorda, y no merecía el honor que le ha hecho Mansilla."

Fuente: El médico de San Luis. Año 1860
Novela americana de Eduarda Mansilla de García, precedida de apuntes por Miguel Navarro Viola y de un estudio sobre la autora por Rafael Pombo.

Fuente: Eduarda Mansilla (1834-1892) 
El médico de San Luis. Segunda edición, Buenos Aires, La Biblioteca Popular de Buenos Aires, Librería Editora de Enrique Navarro Viola, Año 1879. 

Nota: El óleo que adorna el presente artículo es obra del reconocido pintor español Federico de Madrazo y Kuntz y fue pintado en el año 1849. Dicha pintura, se encuentra actualmente en el Museo del Prado en Madrid, España.

domingo, 15 de mayo de 2016

MANUEL EUGENIO MONTES DE OCA, NOS DICE ¿QUIEN ERA EDUARDA MANSILLA DE GARCÍA?



"No la olvides nunca. Es una mujer de talento extraordinario, un alma exquisita......Resume en su mente, el vigor de Madame de Staël, el estilo de Jorge Sand y la fuerza creadora de la Condesa de Pardo Bazán. Estas palabras dichas por Manuel Eugenio Montes de Oca, en respuesta a su hijo, que le preguntó: ¿Quién era Eduarda Mansilla de García ?, resumen el propósito de este blog. Resguardar la memoria de quién tuvo el privilegio de ser una pionera de las letras argentina.
Fuente: 
Diario "La Razón de Buenos Aires, 1932 " 

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, HABLA DE EDUARDA MANSILLA


«Eduarda Mansilla ha pugnado diez años por abrirse las puertas cerradas a la mujer, por entrar como cualquier cronista o reporter en el cielo reservado a los escogidos (machos), hasta que al fin ha obtenido un boleto de entrada, a su riesgo y peligro, como le sucedió a Juana Manso, a quien hicieron morir a alfilerazos porque estaba obesa y se ocupaba de educación»


Fuente: El Nacional (abril de 1885)


sábado, 23 de abril de 2016

Una mujer de fin de siglo. Novela histórica que devela los avatares de Eduarda Mansilla (1834-1892)



Editada por Planeta, aparece la tercera novela histórica de María Rosa Lojo titulada: Una mujer de fin de siglo, que devela los avatares de Eduarda Mansilla de García (1834 - 1892), esposa de un diplomático, y madre; pero, sobre todo, mujer -escritora que desafía a la mentalidad de un siglo y de una sociedad, en irrenunciable necesidad de ser sí -misma por sobre toda otra opción.

Las tres etapas a través de las cuales se desarrolla la historia de la sobrina preferida de Rosas, hija de Agustina, hermana de Lucio Victorio y mujer de Manuel Rafael García, están marcadas por tres fechas: 1860, 1880 y 1900.

Cada fecha imposta diferentes voces. La primera, la de la propia Eduarda; la segunda, a través de Alice Frinet, su secretaria -“amanuense”; y la tercera, en la palabra evocativa de uno de sus hijos: Daniel García Mansilla.

En la primera parte, el encuentro de Eduarda con Judith Miller (en Estados Unidos), favorece el enfoque iluminante de la novela, relativo a los derechos de la mujer desde todo punto de vista pero, sobre todo, en la perspectiva de su desarrollo personal. Éste excluye toda sombra de discriminación, por ejemplo, en el planteo de la posibilidad –en el campo político– del ejercicio del sufragio. El contexto dialogal meduloso que texturan las observaciones de ambas mujeres, aparece enmarcado en cierta estructura de espacios críticos relevantes, respecto del país del norte y la realidad argentina: “La Quinta Avenida deslumbra desde lejos. A uno y otro lado relucen verdaderos palacios de mármol blanco, lujosos pero aéreos” (p. 54). “Me preguntan por mi Sur …” y “…Las sumerjo en el lujo y el espanto, en el exceso y la extrañeza de los sueños” (p. 86).

Como es habitual en la narrativa de Lojo, desfilan los fantasmas que atraviesan la civilización y la barbarie: Rosas, Facundo, Manuelita… las lanzas indias “de caciques duros y brillantes como peces de piedra mojada” (p. 87).

Más allá de estas observaciones, cabe destacar el largo párrafo de la página 94, donde Judith Miller efectúa una lectura del libro de Eduarda, titulado El médico de San Luis, donde se despliegan las ideas de lo que significa ser mujer en la Argentina del siglo XIX y lo que, en realidad, debería significar. Una de las frases con que culmina esta sección, condensa admirablemente el contenido crítico instaurado: “Cuando Judith Miller me mira, ya no puedo ser la que fui.”

En la segunda etapa, y con la aparición de la secretaria francesa, comienza a configurarse la que a mi juicio conforma una escritura en espejos subyacente en esta obra.

Alice Frinet llega a la Argentina con Eduarda (quien se separa por espacio de cinco años de su marido e hijos, que permanecen en Francia), y oficia de pieza de contrapunto respecto de Madame. En efecto, Alice debe dejar la patria con la obligada desgarradura que le imponen sus búsquedas. Por otra parte, aprende de Eduarda los pasos a seguir para confirmarlas. Ella es, sin embargo, quien encuentra al hombre en unión con el cual –a diferencia de Eduarda que se separa–, va a lograr en su vida objetivos intelectuales.

En este lugar, aparece el recurso de la lectura de páginas escritas por Eduarda (digresiones, cartas, diarios), que complementan con eficacia el elemento puramente narrativo y también el dialogal aludido más arriba, cuyos lineamientos conforman el modo expresivo de esta escritura, con matices de hondo lirismo y particularísima sugestión.

Resultan memorables las palabras que Eduarda Mansilla dirije a su hija, quien va a concretar en Francia un matrimonio ventajoso: “Hija mía: soy las cosas que aún no he dicho. Soy la voz que no se escuchó, la partitura no escrita que quizá nunca podrá ser interpretada. (…) Por eso, cuando llegue el momento, no voy a pedirte que me entiendas, sino solamente que creas en mi necesidad” (p. 212). Y luego la deslumbrante descripción del ser de la mujer con que culmina esta parte, cuya constatación dejamos librada al lector.

En 1900, ya muerta la madre, le toca a su hijo Daniel andar y desandar caminos, en un intento por aprehender la figura total de esa mujer que le fuera tan otorgada, y al mismo tiempo tan negada. Él (también escritor, aparte de diplomático como su padre), se entrevista con personajes que tuvieron acceso al mundo intelectual de Eduarda: el conde André Mniszech y la propia Alice Frinet. Este encuentro sobre todo colabora para que la estructura en espejo se complete. Efectivamente, Eduarda - Alice - Daniel diseñan una suerte de encaje de espejos que Daniel debe clausurar.

En la lírica evocación de la imagen de la madre muriente, llega hasta el presente del relato, la propia imagen (fantasmática) de Daniel cuando expresa: “Me arrodillo ante el cuerpo del que fui parte” (págs. 280 - 281).

Puede afirmarse, finalmente, que Lojo ha sabido aprovechar la oportunidad que su novela le ofrece, para plantear un notable paralelo crítico de la Argentina y del mundo respecto de fines de siglos (el XIX y el XX) que, dada su inherente incertidumbre, se establecen en el umbral de la inseguridad y la sospecha.

lunes, 7 de marzo de 2016

Iniciativa bienvenida por estudiosos y críticos de la obra de Eduarda Mansilla, el blog creado por su tataranieto Manuel Rafael García-Mansilla

Por Irene Ch. Bauer.

Iniciativa bienvenida por estudiosos y críticos de la obra de Eduarda Mansilla, el blog creado por su tataranieto Manuel Rafael, que tiene por objetivo "resguardar la memoria de quien tuvo el privilegio de ser una pionera de las letras argentinas".

Es posible que la humildad que caracterizó a Eduarda, su actitud de no arrogarse méritos más allá de los otorgados por la Gracia divina, pudo influir en la actitud de aquellos que le negaron un acceso merecido al canon literario argentino, y no tomaron en serio una escritora cuya calidad literaria excede su condición de pionera.

Es llamativo que la mayoría de los trabajos académicos que están revirtiendo ese proceso, sean realizados por mujeres. Herederas de una Eduarda que festejaba el ingreso de las mujeres en el terreno de las letras y el periodismo, las estudiosas y críticas del siglo XXI valoran a esta predecesora, y entienden que no se haya expresado abiertamente en favor de una emancipación femenina que evidentemente estaba lejos de ser una posibilidad concreta en nuestro país, ciento cincuenta años atrás.

Gracias a que los profesores de Literatura se suman a la tarea de rescatarla del olvido inmerecido, muchos estudiantes conocen hoy a Eduarda Mansilla. Parece necesario que este conocimiento se haga extensivo a un público lector que cursó estudios secundarios o universitarios sin escuchar ni siquiera el nombre de esta escritora fundamental.

En ese sentido, la iniciativa de Manuel Rafael García-Mansilla, su generosidad y anhelo de difundir la obra de su antepasada y su disposición para colaborar con aquellos que desean estudiar su obra, son ampliamente agradecidos. Su apoyo acompañó desde un principio la iniciativa de las Jornadas Homenaje a Eduarda Mansilla, que tuvieron lugar el 28 y 29 de mayo del 2009, en las que participarán reconocidos especialistas que, como el autor de este blog, han realizado un trabajo destacable, al poner en valor e instalar a Eduarda Mansilla en el campo literario argentino.