En general los escritos periodísticos de Eduarda Mansilla de García son poco conocidos y hasta el momento no se ha hecho, que yo sepa, compilación y estudio de los mismos. Sería de gran valía una obra académica que diera a conocer esta faceta de una de las escritoras fundacionales de nuestra literatura femenina.
La Ondina del Plata en el año 1875 poco antes del retorno a su patria, nos decía: " Sus artículos sueltos, su correspondencia y escritos de colaboración en periódicos, formarían volúmenes....Su chispa peculiar, su ternura de sentimientos, sus felices reminiscencias de viajera, y la femenina volubilidad de su estilo, delatarían a la autora, dado que el seudónimo de Daniel es un secreto a voces en la América Meridional
Hoy queremos dar a conocer uno de sus tantos escritos que fuera publicado bajo el título "Desde la patria" el miércoles 26 de mayo de 1880 en la Sección Literaria del diario "El Nacional" de Buenos Aires en su número 10.140 con motivo de la conmemoración de la Revolución de Mayo. .
Hay en París en el número 5 de la calle de Berlín, una mansión (mansión como dicen los ingleses), que bien conocen y nunca olvidan los argentinos que visitan a París: es ésta la Legación Argentina.
La Legación del país á que uno pertenece, es para el viajero la patria en el extranjero, es el asilo seguro en los momentos de hastío, y no los tiene poco el que viaja, que como dice Madame de Stael «viajar es un triste placer». La Legación es un centro donde se reunen, donde se acogen lejos de su home los hijos del mismo suelo; es la fuente donde acuden los que ansían por noticias intimas ciertas, directas que llegan de esa patria, tanto más querida, cuanto más lejana. La Legación es el punto de reunión obligatorio de aquellos que divididos en el propio suelo por discordias, por rencillas, por mal entendus políticos, siempre transitorios, se unen, se estrechan y a veces hasta se aman pro fundamente en el extranjero. Cuántas veces he visto a hombres que parecían enemigos irreconcilliables en su país, empezar por darse el titulo de compatriota fuera de él y acabar por el de amigo. La Legación es la casa paterna de los que llegan á tierra extraña con frecuencia solos, a veces pobres, desvalidos y están empero seguros de ser comprendidos, casi queridos en aquel centro.
Allí se habla la propia lengua, allí se ama la misma patria, se sienten las mismas amarguras, se recuerdan las mismas glorias. Qué son á la distancia, en la legación de la lejana patria, esas nubecillas que empañan de continuo el cielo azul de nuestra madre común.
Díganlo los argentinos que han viajado, allá «allende los mares», como dice el poeta, argentino y hermano no son sinónimos? Gracias al cielo las desavenencias, las discordias que nos agitan por más vehementes, que ellas se manifiesten en la hora aguda de la fiebre, no son de esas desavenencias que llamaré trascendentales y que siendo la lucha de intereses opuestos, antagónicos que vienen desgarrando la humanidad desde su origen, y no es atrevido el decirlo, llegarán difícilmente á encontrar solución pacifica en el viejo mundo. Pero nosotros que tenemos todos "Meme coeur", como canta Victor Hugo, nosotros, lo repito, estamos siempre en camino de entendernos, de estrecharnos, por más que ello parezca estrafalario ó romanezco. Ceda el uno, consienta el otro hoy ó mañana, el tema es idéntico, amor á las instituciones republicanas y pasión por la patria común, las variantes van siempre siguiendo la grata melodía y solo se pierde tiempo, tinta y á veces lágrimas.
Pero que los disidentes se encuentren en París á la reja de la calle de Berlín y me dirán si las pasadas miserias no les parecen como miradas por el reverso de un anteojo de teatro. Muy pequeñas!
Todos saben que al penetrar en la Legación Argentina, esa mansión de paz y confraternidad, serán recibidos fraternalmente por un hombre de maneras afables y corteses que parece tener el don extraño de representar en su persona la patria madre con sus dulzuras y sin sus amarguras. Cómo no sentirse puramente argentino en aquel centro en donde todo es afabilidad, cultura y buen tono!
![]() |
Mercedes Tomasa San Martín Escalada Mendoza 1816- Brunoy, Francia 1875 |
En otro tiempo había en los salones de la calle de Berlín una mujer amable y distinguida, que poseía como nadie el talento de poner á son aise, desde luego, á cuantos tenían la dicha de penetrar en aquel recinto. Doña Mercedes San Martín era por su cultura y distinción una notabilidad. Su trato, de una lady inglesa suavizado por la cortesía francesa, reunía ese no sé qué sud-americano que se siente y no se explica.
Todos los que á ella se acercaron con intimidad, saben que su padre el General San Martín dirigió casi exclusivamente la educación de su hija amada y que ésta fue la compañera fiel y asidua del anciano hasta su hora postrera. Misia Merceditas, como los argentinos la llamábamos, no hablaba nunca de tatita sin que sus ojos se arrasaran en lágrimas. Bello modelo de piedad filial! Me parece verla secundada por la dulce Pepita y el distinguido señor don Mariano, hacer con sencillez encantadora los honores de esos salones suntuosos, en donde el arte y el buen gusto han coleccionado tantas bellezas.
Todos los que á ella se acercaron con intimidad, saben que su padre el General San Martín dirigió casi exclusivamente la educación de su hija amada y que ésta fue la compañera fiel y asidua del anciano hasta su hora postrera. Misia Merceditas, como los argentinos la llamábamos, no hablaba nunca de tatita sin que sus ojos se arrasaran en lágrimas. Bello modelo de piedad filial! Me parece verla secundada por la dulce Pepita y el distinguido señor don Mariano, hacer con sencillez encantadora los honores de esos salones suntuosos, en donde el arte y el buen gusto han coleccionado tantas bellezas.
Qué argentino no recuerda con grata emoción las soirées de la Legación Argentina, punto de reunión de lo más escogido de la colonia americana y en las noches diplomáticas de cuanto de más encumbrado reúne París. No puedo sin enternecimiento recordar desde la patria el salón cuadrado adornado con copias magistrales de los mejores cuadros del mundo; algunas de ellas obra de Misia Merceditas, eximia artista.
Quién de mis compatriotas no recuerda ese retrato colocado en un costado del salón, representando un hombre de más de treinta y cinco años, de tez morena, nariz lijeramente aguileña y ojos negros centellantes.
Aquellos ojos lanzan rayos y en la frente luminosa aparece la majestad del triunfo y del sufrimiento. No es posible apartar la mirada de aquel semblante severo y bueno á la vez. Se ve que el hombre nació para imperar, el respeto y la admiración se imponen á su vista.
En el salón cuadrado está colocado el piano, que en aquella casa se cultivan todas las artes. Más de una vez, el caro representante de nuestra patria, me dijo con esa sonrisa amena que todos le conocen:
«Eduardita: Aquí canta vd. mejor que en ninguna parte».
«Es cierto, le respondí, miro ese retrato y me inspiro»
Que los escépticos no crean, hoy no trato con ellos; pero nunca ha resonado mas pura mi voz, que en aquel salón cuadrado.
Pobre amigo querido, que me leerá en esa Francia su segunda patria, de donde acaban de arrancarle un pedazo del corazón. Lo proclamo bien alto, el Senor. don Mariano Balcarce al desprenderse de esas cenizas ilustres, para él tan queridas, ha hecho un sacrificio inmenso, que los argentinos todos deben retribuirle con agradecimiento ferviente y si es posible con mayor suma de respeto. Díganlo todos aquellos que pisaron aquella mansión hospitalaria, es posible ser mas afable, más benévolo, mas patriota?
No. Yo que tantas consideraciones debo a esa familia modelo, que fue para mí y mis hijos un centro cariñoso; invito a las damas argentinas a enviar al hijo del General San Martín una palabra de reconocimiento. Sé que mi viejo amigo la recibirá con dulce enternecimiento y profunda gratitud. Propongo la idea para que la lleven a cabo mis compatriotas en la forma que les sea más agradable. El General San Martín amó mucho á Balcarce.
Ya que el pueblo argentino va a rendir homenaje al héroe, que las madres y las esposas, cumplan con la tarea de dulcificar la pena de un corazón enlutado, donde han debido luchar sentimientos generosos y encontrados; pero en el cual venció el patriotismo."
Eduarda Mansilla de García
Mayo 21 de 1880
![]() |
General don José de San Martín Acuarela pintada por su única hija Mercedes San Martín |
En el fondo se verá los pliegues del estandarte azul y blanco tan caro a todos los argentinos, y en un ángulo aparece una rama de laurel. Aquel hombre no es otro que el General San Martin retratado por su hija. Con un talento digno de un gran maestro, la artista amorosa ha logrado estampar en el lienzo los rasgos característicos del héroe.
Aquellos ojos lanzan rayos y en la frente luminosa aparece la majestad del triunfo y del sufrimiento. No es posible apartar la mirada de aquel semblante severo y bueno á la vez. Se ve que el hombre nació para imperar, el respeto y la admiración se imponen á su vista.
En el salón cuadrado está colocado el piano, que en aquella casa se cultivan todas las artes. Más de una vez, el caro representante de nuestra patria, me dijo con esa sonrisa amena que todos le conocen:
«Eduardita: Aquí canta vd. mejor que en ninguna parte».
«Es cierto, le respondí, miro ese retrato y me inspiro»
Que los escépticos no crean, hoy no trato con ellos; pero nunca ha resonado mas pura mi voz, que en aquel salón cuadrado.
Mariano Balcarce Buenos Aires 1807- Brunoy 1885 |
No. Yo que tantas consideraciones debo a esa familia modelo, que fue para mí y mis hijos un centro cariñoso; invito a las damas argentinas a enviar al hijo del General San Martín una palabra de reconocimiento. Sé que mi viejo amigo la recibirá con dulce enternecimiento y profunda gratitud. Propongo la idea para que la lleven a cabo mis compatriotas en la forma que les sea más agradable. El General San Martín amó mucho á Balcarce.
Ya que el pueblo argentino va a rendir homenaje al héroe, que las madres y las esposas, cumplan con la tarea de dulcificar la pena de un corazón enlutado, donde han debido luchar sentimientos generosos y encontrados; pero en el cual venció el patriotismo."
Eduarda Mansilla de García
Mayo 21 de 1880
No hay comentarios:
Publicar un comentario