sábado, 21 de febrero de 2009

Pablo o la vida en las Pampas. Por Eduarda Mansilla de García.

La Biblioteca Nacional dentro de su Colección "Los Raros" - cuyo propósito es rescatar los libros clásicos argentinos que han corrido la suerte de la lenta omisión que traen el tiempo y el olvido de sus hombres-, publicó en noviembre de 2007, una nueva edición de "Pablo o la vida en las pampas" de Eduarda Mansilla de García, basada en la traducción de Lucio Victorio Mansilla,su hermano, con estudio preliminar y edición crítica de María Gabriela Mizraje.

Felicitamos calurosamente a María Gabriela Mizraje y al Dr. Horacio González, Director de la Biblioteca Nacional por este acierto, porque creemos que con esta publicación han hecho un significativo aporte a nuestro acervo cultural.

Para introducirlos en este magnífico trabajo, les brindamos un resumen de las palabras introductorias de María Gabriela Mizraje, en la que nos cuenta de las idas y vueltas de la vida en las pampas.

"La singularísima Eduarda Mansilla de García (1834-1892) fue una mujer destacada del siglo XIX y hoy es prácticamente una desconocida. Las políticas culturales, editoriales, mercantiles se han encargado de producir este vacio.

Cabe marcar que la misma Eduarda, ya fatigada o quizá desilusionada por ciertos acontecimientos y silencios, en sus últimos años desaconsejó la reedición y circulación de sus obras, sin embargo, la vacancia aludida no se debe a razones de docilidad frente a su criterio sino, por el contrario, a estragos de indiferencia.

Sus textos, después de mas de cien años, siguen resultando inaccesibles, al mismo tiempo que su nombre ha quedado tapado o ensombrecido por el de otros personajes de su familia: su tío Rosas y su hermano Lucio Victorio, principalmente, pero también su padre Lucio Norberto - a quién debemos la nomenclatura de la calle Mansilla -, su prima Manuelita, su madre Agustina Rosas (recordada como la mujer mas bella de su época, entre otros por Santiago Calzadilla),y, en menor medida, la familia de su marido, los García de la diplomacia.

Su ficción Pablo o la vida en las Pampas, escrita en 1868, sufrió un largo derrotero y un injustificable olvido. La novela fue escrita en francés y publicada en París, mientras su autora residía en Francia porque se hallaba acompañando a su esposo, Manuel Rafael García Aguirre (1826-1887) -con quién había contraido matrimonio en 1855- , el cual debía cumplir con sus misiones en el extranjero.Primero apareció por entregas en L'Artiste -la revista de Arsène Houssayne (seudónimo de Housset) , el autor de Contes pour les femmes y Les grandes dames, quién fue acaso el hombre del círculo literario de la Francia de su época mas atento a las mujeres, dentro y fuera de las letras-, luego fue editada como libro por E.Lachaud en 1869.

Pablo ou la vie dans les Pampas representó un acontecimiento importante en la literatura de su época,libro precursor en muchos sentidos y aún mas valioso si se considera que es obra de una mujer, con las dificultades que, más allá de la clase económica o la apropiación cultural ello significaba.

La obra que aquí reproducimos se edita por primera vez en la versión española realizada por su hermano Lucio Victorio, para el diario de sus amigos, los Varela de la segunda generación afamada (los escritos y políticos Héctor Florencio, quien usaba el seudónimo de Orión, y su hermano Mariano)

Allí, en La Tribuna conocida, que tuvo como editor responsable a don Saturnino Córdoba y cuya suscripción costaba 40 pesos, apareció el Pablo de Eduarda en folletín, en menos de treinta números (del 6033 al 6059), distribuidos en veinte entregas entre el lunes 28/martes 29 de noviembre (número único) y el viernes 30 de diciembre, acompañando el cierre del año 1870. Eduarda ya había publicado en el mismo periódico sus textos anteriores, los folletines que constituyen las novelas tituladas: El médico de San Luis y Lucía Miranda, ambas en 1860.

De modo que la versión de Lucio V.Mansilla referida se sigue en nuestra edición casi en su totalidad, hasta donde los méritos del texto lo permiten, excepto en pequeñas lagunas o desvíos o detalles, que repuse comparando el texto con los dos originales franceses, el folletín y el libro consiguiente.

Por la pertenencia indiscutible de Eduarda Mansilla a nuestra tradición cultural y por el soslayo con que se observaron o saltearon sus obras durante mas de un siglo, igual que las de otras escritoras argentinas del período, como Mariquíta Sánchez, Juana Manso, Juana Manuela Gorriti o Josefina Pelliza de Sagasta (y por pasión personal, claro) fue que intenté , en distintas ocasiones, editar algunos de sus textos y mas enfáticamente esta novela, Pablo o la vida en las Pampas.
El texto que aquí presentamos -como quedó dicho- nunca alcanzó una edición en libro antes; por desidias, por ignorancias, por perezas o por otras dificultades de nuestro sistema cultural, así ha sido y hoy estamos rompiendo una valla, al volver sobre el ejemplar aparentemente único en un periódico que sobrevivió en la Biblioteca Nacional.

Pablo es una novela excepcional para su época, al momento de mi búsqueda inicial era practicamente imposible hallarla y cuando la leí por primera vez no existía traducción al español.

Ahora, y con la circulación de estos libros cuya publicación encara la Biblioteca Nacional, entre todos seguimos reponiendo y contribuyendo, de a poco, a que este magnífico corpus desconocido e inhallable no se pierda totalmente, en especial al día de hoy en que cabe preguntarse que pasa o que pasó con los materiales hemerográficos y de archivo de nuestras instituciones.

Por ello, para romper el ostracismo textual que siempre delimita una forma de exilio cultural, es imprescindible agradecer la lucidez y la confianza del Dr. Horacio González, Director de esta Biblioteca mayúscula. También agradezco muy especialmente a su equipo de colaboradores.

Entonces, como si los fundadores, excéntricos y transgresores hermanos Mansilla, dialogaran a uno y otro lado de la mesa, aquí está la transcripción de Pablo o la vida en las Pampas de Eduarda, en la traducción de Lucio Victorio, para ayudar a que no se vacíen las tribunas de la memoria."