viernes, 5 de diciembre de 2008

Primeras autoras argentinas. Eduarda Mansilla y Rosa Guerra

Por Ernesto Schoo

Como de costumbre, hojeando la Historia del teatro argentino de Beatriz Seibel, en busca de material para esta columna, tropezamos con una serie de datos referidos a un tema que merece ser evocado. ¿Quién fue la primera autora teatral argentina de la que se tiene noticia cierta? Se llamaba Rosa Guerra, y en 1862 publicó Clemencia , drama en tres actos y en verso, dedicado al presidente Mitre. Diez años antes, se cree, habría dirigido el segundo periódico escrito en la Argentina por mujeres, La Camelia , en cuyo primer número, al saludar a los colegas varones, se asegura que "sin ser niñas ni bonitas, no somos viejas ni feas". Lo cual provoca una respuesta de dudoso ingenio en el semanario satírico El Padre Castañeta , de Miguel Navarro Viola y Benjamín Victorica: "Y hasta habrá tal vez alguno/ que porque sois periodistas/ os llame mujeres públicas/ por llamaros publicistas".

Doña Rosa debe de haber sido todo un personaje, en tiempos de sumisión femenina al predominio patriarcal: fue maestra desde los 13 años de edad y también en 1862 fundó una revista, La Educación . Con el seudónimo de Cecilia, escribía en La Tribuna , LA NACION Argentina y El Nacional . En 1860 había publicado una novela, Lucía Miranda ; en 1863 se editó su libro de lectura para niñas Julia, o la educación(en forma de cartas entre madre e hija) y en 1864, año en el que muere soltera, un volumen de poemas,Desahogos del corazón .

También la leyenda de Lucía Miranda inspiró a otra singular escritora argentina del siglo XIX: Eduarda Mansilla de García (1835-1892). Sobrina de Juan Manuel de Rosas, era hija de una hermana de éste, Agustina, considerada la mujer más hermosa de su época, y del militar Lucio Mansilla. Su hermano fue Lucio V., el autor de Una excursión a los indios ranqueles y de las justamente famosas Causeries . En 1860, Eduarda Mansilla, que a los 20 años se había casado con un muchacho de familia unitaria, Manuel Rafael García, publica en La Tribuna el folletín Lucía , y le editan una novela, El médico de San Luis . En 1863, con el seudónimo de Alvar, escribe en el semanario El Alba dos artículos sobre educación musical. Al año siguiente y en otro semanario, La Flor del Aire , con el seudónimo de Daniel, reseña las actividades teatrales y musicales de Buenos Aires, y reclama la creación de conservatorios de música y actuación, y una ley protectora del teatro nacional.

Eduarda será una prolífica escritora. Radicada en Francia, donde su marido representa a nuestro país, presenta allá, en 1873, Similis Similibus (el lema de la homeopatía), "proverbio en un acto", dedicado a su hija Eda. Estrenado en París, en francés, llega a un escenario porteño en 1884, traducido por Lucio, hermano de la autora. Quien también le traducirá (para ser publicada como folletín en La Tribuna porteña ) una novela que su hermana escribió y editó en Francia, en 1869, Pablo, ou la vie dans les pampas .

En 1879 volvió Eduarda a Buenos Aires y dos años después estrenó en el teatro Alegría La marquesa de Altamira , en tres actos y un prólogo, por una compañía española. Dato curioso: se la representa simultáneamente en italiano por el elenco de un tal Morelli, en la Opera. En 1884, la señora de García regresa definitivamente a Francia. Será la bisabuela de una dinastía de editores franceses, los Bourgois (1) , dato averiguado por Edgardo Cozarinsky, intrigado por el nombre de uno de ellos, Jean-Manuel.

Juana Manso de Noroña (1819-1875), la amiga entrañable de Sarmiento, escribió en 1864 un drama histórico en cinco actos, La Revolución de Mayo . Pero la primera autora representada fue Matilde Cuyás (1859-1909), que dedica un drama en tres actos a Avellaneda, Mitre y Alsina. El Correo Español del 30 de noviembre de 1877 informa acerca de una obra "de una señorita argentina", que fue llamada a escena al final de cada acto y dos veces en el último. "Al igual que Rosa Guerra -concluye Seibel-, Matilde Cuyás muere soltera, pese a ser bella, elegante e inteligente y autora celebrada por los escritores de su tiempo, algunos de los cuales le dedican sus obras."

(1) Se trata de Christian Bourgois, uno de los mas destacados editores de los últimos años. Empezó muy joven en 1959, destacándose muy pronto como un editor brillante, junto a René Julliard, luego, a su muerte, fundó su propio sello. En el año 1966, en el seno del grupo Presses de la Cité. Posteriormente en el año 1992, comenzó a los 60 años, junto con su mujer y eficaz colaboradora Dominique, como editor independiente, una trayectoria muy destacada.

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Sábado 7 de junio de 2008 | Publicado en edición impresa.